Al salir de prisión, las mujeres deben enfrentar una cantidad de situaciones en las que se siguen vulnerando sus derechos. La discriminación y el señalamiento por parte de la sociedad por haber estado en prisión, marca sus vidas y la de sus familias lo que dificulta la reintegración y permite la reincidencia. La mayoría de ellas, prefieren esconder su condición de ex privadas de la libertad para evitar ser rechazadas, sin embargo, viven su día a día temerosas que la comunidad donde viven y la sociedad en general, se den cuenta de esta condición.
En general, están limitadas por el registro de antecedentes penales. A pesar de una sentencia de la Corte Constitucional de 20121 en Colombia ordenó que los antecedentes penales no fueran de consulta pública una vez cumplida la pena o prescrita la sanción, aún siguen siendo información de fácil acceso y pocas mujeres conocen los procedimientos para limitar el acceso a dicha información.
A continuación, presentamos la situación de las mujeres que recuperaron la libertad, enfocada en cinco aspectos y mencionando cómo sus problemáticas sociales, personales y familiares se profundizaron durante la pandemia, mientras que el Estado mantiene su inacción y perpetúa la vulneración a sus derechos.
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