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“Merecemos tener gobiernos feministas en Latinoamérica”: Adriana Benjumea en la #CSW68

La Comisión Jurídica y Social, CSW por sus siglas en inglés, llegó este 2024 a su edición número 68 con un mensaje de promoción de la igualdad de género en el mundo. Allí, en Nueva York, del 11 al 22 de marzo, participamos dentro de la delegación de la sociedad civil latinoamericana, con Adriana Benjumea Rua, codirectora de Humanas.

Justamente, en el marco del CSW68, se realizó un panel sobre Política Exterior Feminista Internacional como una herramienta de respuesta a múltiples cambios en América Latina y el Caribe, convocado por el Ministerio de Relaciones Exteriores del gobierno de Colombia.

Se compartieron experiencias sobre género y relaciones exteriores entre Colombia, México, Chile y Brasil con lecciones aprendidas en el diseño e implementación de las políticas exteriores feministas de estos países.

Las intervenciones incluyeron a la viceministra Elizabeth Taylor Jay y Diana Parra, asesora para la igualdad de género de Cancillería de Colombia; Lyric Thompson, directora de Feminist Foreign Policy Collaborative; Maria-Noel Vaeza (Uruguay), Directora Regional para las Américas y el Caribe de ONU Mujeres; Nadine Gasman, Presidenta del Instituto Nacional de la Mujer de México; Vanessa Dolce de Faria, Alta Representante para los Asuntos de Género del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil; Carla Serazzi, Embajadora de Asuntos Multilaterales de Chile; y, como sociedad civil, la intervención de Mabel Bianco, médica feminista argentina y presidenta de la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer, y Adriana Benjumea Rua, abogada feminista y codirectora de Humanas Colombia.

Al espacio también asistió la embajadora Leonor Zalabata,  Representante Permanente de Colombia ante las Naciones Unidas.

La moderación estuvo a cargo de Marita Perceval, quien en la apertura destacó el “vivir sabroso”, como una filosofía que pone en el centro la vida, el compartir comunitario y el cuidado de las personas, como lo ha explicado la vicepresidenta Francia Márquez. No obstante, alertó sobre el rostro de la pobreza, las afectadas globales por el cambio climático y las desigualdades estructurales que se encarna en mujeres y niñas en el mundo.

Cinco desafíos de la política exterior feminista

Como parte de la Articulación Regional Feminista, Adriana Benjumea Rua destacó 18 años de trabajo por la justicia de género para las mujeres y personas LGTBIQ+ en América Latina con las organizaciones como la Coordinadora de la Mujer de Bolivia, DEMUS Perú, ELA de Argentina, Equis Justicia para las Mujeres México, Humanas Ecuador, Chile, y Colombia.

La intervención giró en torno a cinco mensajes con relación a la política exterior feminista y la posibilidad de aspirar a gobiernos latinoamericanos feministas:


1. Las políticas exteriores feministas surgen en contextos de gobiernos de izquierda o progresistas y ha sido bajo el liderazgo de una mujer, de una feminista, que al interior de estos gobiernos se compromete a dinamizarla. El origen entonces es feminista, no es una idea de varones.

2. El diseño e implementación de una política exterior feminista, exige un diálogo entre sociedad civil de mujeres y feminista y los gobiernos; estos diálogos se llevan a cabo en permanente tensión, entre quienes están dentro de los gobiernos sean feministas y progresistas y entre la sociedad civil. La claridad respecto a que las Políticas Exteriores Feministas no resolverán todas las necesidades y demandas del feminismo, sino que son una oportunidad y la exigencia de coherencia interna y externa, contribuye a que estos diálogos se sucedan, a pesar de la tensión, en pro de una política exterior que mejore no solo la imagen de los Estados, sino los Estados mismos.

3. La construcción participativa. Es fundamental que las PEF contengan postulados democráticos consultados y socializados con la sociedad civil de mujeres y feminista. Colombia puede aportar a la región, compartiendo metodologías y procesos participativos, como aquellos llevados a cabo para la construcción del Plan Nacional de Acción de la Resolución 1325 y la construcción de la Política Exterior Feminista. Es fundamental recordar que la participación no se queda allí, que la ejecución también debe contener caminos que permitan el seguimiento y la vigilancia desde sociedad civil; de lo contrario, lo participativo estará incompleto.

4. De lo que se ocupa las PEF, es de macropolítica, de una política que trasciende las fronteras de los países, que se ocupa de los temas “duros” de la política, aquellos en los que se ha considerado históricamente que las mujeres y las feministas no estamos. El feminismo se ha considerado, por sectores conservadores y sociales más estereotípicos, dedicadas a los temas blandos sociales, considerando que es reduccionista hablar de cuidado, violencias, discriminación.

Lo que permite una PEF, es evidenciar que las mujeres y feministas hablamos de macropolitica y nos inmiscuimos en temas revolucionarios y de cambio, pues no hay nada más trasgresor en estos tiempos del mundo, que comprometerse con la construcción de la paz, la erradicación del hambre y la pobreza, los comercios justos, la exigencia de una seguridad feminista y la oposición a las guerras, al mercado de armas, esto es una agenda feminista en continua exigencia y con postulados contenidos en las PEF, por eso nuestra lupa también debe estar ahí, la coherencia de los gobiernos, sobre aquellos temas que plasma como compromisos de las relaciones internacionales.

6. Las PEF son una herramienta que permite impulsar una agenda de mujeres paz y seguridad en la región, pero que además nos ayuda a mantener los logros en derechos humanos de las mujeres y la erradicación de la violencia y la discriminación que hemos alcanzado, La Convención Belém do Pará y la Plataforma de Acción de Beijing, son ejemplo de lo que debemos cuidar. Porque merecemos soñar con gobiernos feministas y una Política Exterior feminista nos permite, que los lazos que se extiendan entre los países, no sean solo los de las relaciones comerciales, sino de los diálogos feministas, necesarios para insistir en las luchas y revitalizar las agendas y demandas feministas en la región.

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