Por: July Loaiza, investigadora Corporación Humanas
Hace 75 años, diversos líderes y lideresas mundiales reconocieron que “[…] el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad […]” y se comprometieron con realizar esfuerzos para que individuos e instituciones promovieran y aseguraran, por medio de la enseñanza, la educación y las medidas progresivas, el reconocimiento y la aplicación efectiva de los derechos humanos.
A pesar de aquellos compromisos, hoy y ante los ojos del mundo, se violan los derechos humanos de población vulnerable en la Franja de Gaza. El conflicto entre Israel y Palestina, a la fecha de esta conmemoración, ya ha dejado a más de 2,3 millones de habitantes sin un lugar seguro para resguardarse.
El conflicto en Israel-Palestina es uno de los que mayor cobertura mundial ha tenido, pero es, lamentablemente, apenas uno de los más de veinticinco activos a nivel mundial. Al menos veinticinco países, actualmente, se encuentran en guerra civil o internacional. A las desgarradoras imágenes de la guerra en la Franja de Gaza, se suma la crisis que se vive en México por cuenta de las situaciones de secuestro, desapariciones y violencia criminal perpetrada por carteles de droga, la inestabilidad política en Haití que durante 2023 ha implicado la consolidación de pandillas, aproximadamente 2.439 personas asesinadas, secuestros y violencia sexual contra la población; el conflicto en la República Democrática del Congo, la Guerra en Ucrania, la Guerra Civil en Myanmar, la Guerra Civil en Sudán y la inestabilidad política en Venezuela, entre otras.
La situación de vulneración de derechos humanos persiste en Colombia a pesar de los incontables esfuerzos de la población civil y del Estado por mantener e implementar las medidas del Acuerdo de Paz firmado entre el Gobierno Nacional y la guerrilla de las FARC-EP.
Colombia enfrenta importantes desafíos para la protección de líderes sociales, defensoras y defensores de derechos humanos, así como de los firmantes de paz. El gobierno actual ha planteado su compromiso por abordar las desigualdades estructurales que aún afectan a diversas comunidades en el país y materializar la paz total como una de sus principales banderas.
En el marco de la conmemoración de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptada por la Asamblea General de la ONU el 10 de diciembre de 1948, desde la Corporación Humanas queremos insistir en la importancia de dicha Declaración, pero sobre todo en la necesidad de hacer todos los esfuerzos posibles, desde todos los sectores de la sociedad, para garantizar su respeto y aplicación efectiva no solo en los contextos de guerra y conflicto, sino, especialmente, en los contextos cotidianos y materiales de la población. Anhelamos que todas las personas, sin distinción alguna, podamos gozar de las libertades proclamadas en la declaración y que más que objetivos o metas futuras, sean una realidad diaria para la humanidad.
Esta lucha es imparable, incluso para quienes ya les ha costado su propia libertad. Por ello, recordamos a Narges Mohammadi, activista iraní y ganadora del Premio Nobel de Paz 2023: «Cada premio me hará más intrépida, más resistente y más valiente para hacer realidad los derechos humanos, la libertad, la igualdad civil y la democracia’”.