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Por María de los Ángeles Ríos, coordinadora línea Mujeres y construcción de paz.

“Las prácticas ancestrales de las mujeres en las comunidades étnicas de los Montes de María para la construcción de paz y la conservación de la naturaleza” es el nombre de la investigación presentado el 27 de octubre en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP16) en la que, a partir de las experiencias de vida de las mujeres indígenas zenú y las mujeres del Consejo Comunitario de Comunidades Negras Eladio Ariza, resaltamos tres aspectos fundamentales que analiza el ecofeminismo: 1) las mujeres tienen un quehacer protector y cuidador basado en un saber sentipensante; 2) ese saber les permite a las mujeres promover el desarrollo sustentable; y 3) las mujeres son las más afectadas por la degradación medioambiental.

En relación con el quehacer protector y cuidador basado en un saber sentipensando, acogemos el planteamiento de  Vandana Shiva, quién explica que las mujeres tienen una relación con la naturaleza basada en sus conocimientos ancestrales y prácticas del cuidado, los cuales se asocian a los roles de género, pues a partir de estos las mujeres han desarrollado unas fortalezas en el cuidado y el sostenimiento de la vida. A pesar de ser las más afectadas por la degradación medioambiental dado que los proyectos extractivistas, los cultivos a gran escala, la ganadería extensiva y el conflicto armado dificulta el acceso a los recursos naturales, el reconocimiento de espacios culturales y ambientales y la transferencia de conocimiento ancestral y sostenimiento de sus familias. Para las mujeres esto significa una creciente pérdida de agencia y relación con su territorio y con la naturaleza lo que a su vez impacta su identidad y lugar en el mundo. 

En el marco de las fortalezas en el cuidado y el sostenimiento de la vida, identificamos las prácticas ancestrales de las mujeres étnicas de los Montes de María, en particular las mujeres Zenú ubicadas en el resguardo de San Andrés de Sotavento y las mujeres negras del Consejo Comunitario Eladio Ariza. Estas dos experiencias tienen en común que promueven un desarrollo sustentable y se enmarcan en el posdesarrollo, es decir:

  • Son formas de vida que dejan de priorizar el crecimiento económico.
  • Anteponen el sostenimiento de la vida a futuro.
  • Valoran los conocimientos ancestrales y su relación con su entorno.

Para las mujeres zenú como para las mujeres negras del Consejo Comunitario Eladio Ariza como pueblos étnicos ancestrales es relevante mantener una forma de vida enmarcada en el Buen Vivir y en su autonomía. Razones por las que “las mujeres zenú han convertido las labores del cuidado en un hacer con carga político-ambiental separándose de la idea de que se trata de roles “naturales”; de ahí que Yina diga “debemos reconocer la coexistencia natural, la naturaleza no existe sola y no existimos solo, sino que es una correlación. Hay que volver a tener el árbol sin tener ganas de cortarlo” (Yina Ortega – Lideresa indígena Zenú)” (Sierra Blanco, Caicedo Delgado, & Ríos Zuluaga, 2024).

A su vez, las mujeres negras del Consejo Comunitario han incidido ante las juntas directivas y las asambleas para fortalecer lo colectivo, pues parte de las discusiones que he han dado en estos espacios “giran en torno a cómo poner en práctica los conocimientos ancestrales de conservación que sus abuelas les enseñaron. Involucrar a las personas jóvenes de manera activa en la conservación a través de la creación de semilleros ha sido una de las alternativas consideradas en estos espacios” (Sierra Blanco, Caicedo Delgado, & Ríos Zuluaga, 2024)

Ante esto, presentamos cinco recomendaciones que se recogen de manera general a continuación:

  • El saber de las mujeres indígenas y las mujeres negras  en el uso y la conservación de los ecosistemas como cuidadoras de la naturaleza, debe ser reconocido como parte del rol que cumplen tienen como sujetos políticos fundamentales para la conversación de la vida y la construcción de paz. 
  • Los conocimientos ancestrales de las mujeres debe articularse en la toma de decisiones al interior de la organización étnica y territorial, así como en escenarios de toma de decisión nacional, regional e internacional, pues en el marco de las apuestas de construcción de paz sus saberes han sido fundamentales para conservar lo natural y cultural en sus territorios y organizaciones. Sin la conservación de la naturaleza estos pueblos están en riesgo de extinción. 
  • Es necesario priorizar las investigaciones y acciones que reconozcan el valor político y cultural de las relaciones de las mujeres étnicas con el territorio y la naturaleza. Para Humanas como centro de investigación-acción participativa esta aproximación ha sido valiosa para comprender la relación de las mujeres zenúes y afro campesinas de los Montes de María con sus territorios.

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