La alta prevalencia de la violencia contra las mujeres es uno de los principales obstáculos que enfrentan las mujeres en el Meta. Este tipo de violencia se presenta de manera sistemática en la vida cotidiana,
tanto en ámbitos públicos como privados, y se exacerba en el conflicto armado. Durante el periodo 2009-2014, el Instituto Nacional de Medicina Legal (INMLCF) reportó 379 muertes violentas en mujeres en este departamento, correspondientes a 331 homicidios y 48 suicidios; por otro lado, se registraron 21.396 valoraciones médico-legales asociadas
a violencia interpersonal, violencia intrafamiliar y violencia sexual (INMLCF, 2015).
La violencia contra las mujeres se ha convertido en una práctica que se normaliza ampliamente a través de los discursos y estereotipos culturales
arraigados en Colombia y, por ende, en el departamento. En la Segunda medición del estudio sobre tolerancia social e institucional de las violencias
contra las mujeres, realizada en el 2014 y publicada en el 2015 por la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer (CPEM), se evidenció cómo a pesar de algunas variaciones positivas, los estereotipos se mantienen como barrera para la adecuada atención y prevención de esta problemática.