¿Las mujeres y la población LGBTI no le importan a nadie? Que los maten, los persigan y los encarcelen, ¿no le importa a nadie?”, es la pregunta a la que Adriana Benjumea, directora de la Corporación
Humanas Colombia, solo encuentra una respuesta: “Esta humanidad está loca.
Una humanidad que tras el tribunal militar internacional de Núremberg (1946), que sentó en el banquillo a los responsables del horror nazi y levantó los cimientos del derecho internacional, se fijó como objetivo que los crímenes de lesa humanidad quedaran recogidos en una convención internacional para evitar que la historia se repita. “Es una deuda que queda
desde ese momento. Pasado el tiempo, 70 años después, contamos con el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional (CPI) con sede en La Haya. En 1998, cuando se logra el Estatuto de Roma, el compromiso era que los crímenes internacionales quedaran también en convenciones particulares, de hecho de ahí sale la convención contra la tortura, por eso se habla de todo el tema de genocidio… El acuerdo es que se va a hacer una convención contra los crímenes de lesa humanidad porque se entiende que el mundo pasa por situaciones de guerra en las que los crímenes son sistemáticos o generalizados. Ahí queda claro que la humanidad tiene que avanzar en lo que se llama un acuerdo de la humanidad que permita, más que prevenir, por lo menos castigar los crímenes de lesa humanidad”, explica Benjumea.